¿Quién, que viva en México, no comió un Miguelito en su infancia? Cinco gramos de fabulosa mezcla de chilito, azúcar y sal... o al menos ése es el recuerdo de muchos de nosotros. Pero los tiempos cambian, las formas de producir y comercializar evolucionan, y la Fábrica de Dulces Miguelito clama producir un dulce de gran tradición... que además, es copiada con estándares de calidad dudosos.
El producto que se muestra en estas fotografías es una copia pirata del Miguelito original, presentado de forma que confunde al consumidor intencionalmente.
Gracias a los comentarios que pueden leer más abajo es que podemos analizar no sólo los ingredientes de éste producto, sino también los elementos que nos ayudarán a reconocerlo como una mala copia.


La historia del Miguelito.
Originalmente, Miguelito era pulpa enchilada de fruta que Don Valente González vendía por las calles de la ciudad de México. Antes había trabajado en una empresa que fabricaba y vendía pulpa de fruta, y al ser despedido por un recorte de personal en 1971, decidió emprender. Tan sólo tres años después apareció el Miguelito en polvo y el de sabores (que después otras empresas copiarían como los conocidos Brinquitos).
¿Pero cómo distinguir ésta copia pirata del producto original? Analicemos...

Primero que nada, el frente del producto pirata presenta un cupido de pie, con las piernas abiertas y apuntando su flecha hacia el lado izquierdo. El producto original muestra, en cambio, un cupido en vuelo, con las piernas recogidas y apuntando hacia el lado derecho. Podemos ver también en las fotos cómo se reprodujo la tipografía, y sólo se observa como evidencia el sello "R", en lugar de "MR" que sería el correcto.
Finalmente, aunque las fotos aquí no me ayudan, los datos del fabricante no son correctos. El producto pirata declara a un José de Jesús Zúñiga Canuto como responsable de la elaboración del Miguelito, mientras que los originales presentan la leyenda "Fábrica de Dulces Miguelito".
Los ingredientes de la copia pirata.
El empaque anuncia la golosina como "Miguelito. Azúcar enchilada, salada y acidulada." No es difícil imaginar que es una mezcla de azúcar, sal y chile en polvo pero... ¿y la acidulada? Podrían haber agregado limón... ¿deshidratado, en ralladura? Evidentemente aquí no todos los ingredientes son naturales...
El reverso del empaque anuncia azúcar, say yodatada, ácido cítrico, dióxido de silicio, chile piquín molido y harina de soya. ¿Para qué son los ingredientes que hemos marcado en cursivas?
El ácido cítrico es un ácido orgánico que se agrega como aditivo, es decir, para facilitar el proceso de elaboración y/o conservación. En este caso, también se agrega como acidulante. El único pero que podríamos poner a éste ingrediente es que, aunque sea de origen natural, separarlo del jugo del cítrico del que se extrajo le quita el resto de las propiedades nutritivas... sería mejor agregar jugo de limón deshidratado, en última instancia.
El dióxido de silicio se agrega para que el polvo no se humedezca y se apelmace... ¡pero no es comestible! Su ingesta es de riesgo bajo, pero su inhalación produce a largo plazo una enfermedad oncológica llamada silicosis.
La harina de soya no tendría en principio ningún problema relacionado con la toxicidad. Tal vez sólo sería bueno que el fabricante reconsiderara su uso, pues no tiene caso espesar o aumentar el volumen de un producto como éste... ¿o será que nos están dando de chivo los tamales? Además, si persisten en su uso, al menos debería estar anunciado en la envoltura, en consideración a las personas que han decidido no consumir soya por cuestiones alérgicas.
Conlusiones.
Aunque podemos observar que los ingredientes de esta copia del Miguelito no pueden considerarse como altamente tóxicos, sí sería bueno que tanto el fabricante como nosotros reconsideraramos las ventajas de una golosina con una elaboración más simple, que haga incuestionable el efecto de sus ingredientes, a no ser que padezcamos de gastritis.
En lo personal, prefiero comprar o elaborar pulpa de tamarindo, mango o durazno enchilado... o elaborar en casa mi propia mezcla de azúcar, sal y chile piquín molido... ¿alguien gusta?
Estamos a la espera de que la Fábrica de Dulces Miguelito nos proporcione información al respecto de sus ingredientes, para poder hacer un adecuado comentario del producto original.
Otras referencias.
Lines in the Sand, en la columna Parenting at the Crossroads, de Eric Steinman, en la que habla sobre la toxicidad del dióxido de silicio.