Ayer vimos por la tarde la película "La Historia Interminable", basada en el libro homónimo de Michael Ende.
Fue una linda tarde de soñar y hablar con los hijos sobre cómo no debemos dejar morir la fantasía.
En particular me movió cómo a mi hija de 9 años le preocupó el Pantano de la Tristeza y el que Atreyu pierde a su fiel compañero equino que se deja llenar por la tristeza y deja de luchar por salir.
La analogía de la película me parece magistral: si uno se deja que la tristeza le llene el alma, se hunde irremediablemente en el pantano. Si, se puede estar triste... se puede incluso llorar desconsoladamente alguna pérdida muy significativa. Pero hay que seguir adelante. Y cuesta trabajo, porque el fango del pantano nos jala, nos detiene, nos hace creer que no podemos más. Tal vez el secreto para salir de aquel paraje está en recordar que, fuera de sus límites, hay tierra firme que no nos detendrá al avanzar; que el pantano no es eterno y que eventualmente saldremos de él si seguimos caminando en línea recta, aunque sea por elemental lógica geográfica. ¿Algún parecido con la vida real del adulto promedio? ¡Por éso adoro las analogías!
Hoy comencé mi mañana leyendo ésta nota:
Un publicista de éxito nos muestra 'gratis' el nuevo rostro de la pobreza | Intereconomía | 755973:
En efecto, coincido con el autor del comercial en que la pobreza nos rodea de formas cada vez más sutiles e inverosímiles.
Me hizo recordar la película aquella, En busca de la felicidad, en la que, en aras de seguir siendo un padre productivo (pero sobre todo funcional) para su hijo, Chris Gardner debe aparentar que todo está bien. Y como espectador adulto, es duro verlo sostener un mundo seguro para su hijo mientras fluctúa entre la guardería del estado y el albergue de indigentes para dormir.
La Nada, ésa nada informe que devora Fantasía, es la misma Nada que nos obliga a pasar por el Pantano de la Tristeza en nuestra vida adulta. Toma posesión de nuestros sueños y nuestras esperanzas, básicamente porque nosotros se lo hemos permitido. Lo hicimos en el momento en que dejamos de considerar valiosos nuestros sueños y fantasías, que son la única manera de transitar por ésta vida sin perder de vista que lo material es una mera ilusión sensorial. Aunque suene cursi: si uno deja de soñar, su vida se va quedando vacía, hasta que sólo queda la Nada.
Mis conclusiones personales, luego de semejante combinación ecléctica de ideas, y que seguramente les parecerán inconexas a nuestros lectores, son las siguientes:
Primero, que uno nunca sabe qué está viviendo el otro, ése prójimo al que supuestamente vemos cotidianamente. Puede haber grandes tragedias detrás de los rostros amables y el aspecto prolijo y cuidado.
Segundo, que no hay que dejar de soñar y mucho menos creer que los sueños con cosas de niños fantasiosos y adolescentes ingenuos, porque es gracias a ésos sueños que la vida es más llevadera.
Y tercero, que siempre hay que ofrecer ayuda y estar al pendiente de las peticiones de ayuda de otros. Digo, uno nunca sabe cuándo se presentará la oportunidad de hacer la diferencia en la vida de alguien y, tal vez, ser quien desatasque a ése guerrero valeroso y desolado de la succión de su propio Pantano de la Tristeza.
Al menos a mi, de vez en cuando, se me antoja soñar que alguien me desatasca así...
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miércoles, 11 de julio de 2012
domingo, 19 de abril de 2009
Celebrando la Pascua
No soy conocida precisamente por mis acercamientos a la Iglesia Católica. Sin embargo, la Celebración de Pascua en la escuela Waldorf de Guadalajara animó mi curiosidad sobre un festejo que, de primera impresión, me había dejado por años con un dejo de nausea por no ser más que una oda a las glorias comerciales norteamericanas.
Los símbolos
Para los que estudiamos comunicación no es extraño hablar de semiótica o de teoría narrativa. Si se me permite explicarme, los comunicólogos entendemos que dentro de una narración hay elementos simbólicos, normalmente intencionados por el autor. De este modo, al presentar en la historia un cierto personaje podemos estar simbolizando una emoción o una posición social, o una situación traumática, haciendo mucho más fácil hablar sobre ello.
Los símbolos del festejo más ancestral de Pascua son cuatro: la liebre, el huevo, el grano (semilla) y el cordero.
La liebre, según se dice en Europa, es capaz de atravesarse para recibir el ataque de un lebrel, protegiendo así a otro miembro de su comunidad. Así, es un excelente símbolo del sacrificio pascual, según la tradición cristiana. La cultura norteamericana se ha encargado de convertirlo en el personaje de la celebración, haciendo que se le convierta en objeto de consumo, más que en un símbolo para reflexionar.
El huevo es un símbolo pagano empleado en Europa y Asia para representar la fertilidad. Al convertir al catolicismo a éstas regiones los sacerdotes pensaron, como en América, que ayudaría a incorporar los elementos ya conocidos por los nativos. Así, el huevo se incorporó como símbolo ahora del renacimiento, del resurgir de la primavera (la vida) venciendo al invierno (la muerte). En muchos lugares se conservó la tradición pagana de decorarlos y obsequiarlos, de esconderlos y encontrarlos como modernos "talentos", o de hacerlos comestibles.
El grano es un símbolo ampliamente usado en la Biblia. Las semillas simbolizan el poder del Creador y la precisión de su Plan, al contener en un pequeño espacio una planta que sobrepasa por mucho su origen. También se usan para hablar de la dificultad para reconocer la buena semilla de la mala, hasta que germinan. En particular se emplea el trigo durante la Pascua, agregando así el simbolismo del pan de la última cena y, por ende, el cuerpo de Cristo.
Finalmente, el cordero es una traducción literal del sacrificio de Cristo en la cruz, pues se dejó capturar y matar sin ser él el responsable del pecado a expiar, como ocurría con un cordero para sacrificio. Éste símbolo es más común en las Primeras Comuniones
El análisis de los símbolos
Resulta inútil hablar con los niños menores de 7 años sobre los símbolos de la Pascua, pues lo más común como adultos es caer en explicaciones extensas y abstractas, incomprensibles para ellos. En cambio, la simple descripción de las características del símbolo da para reflexiones profundas. En nuestro festejo, por ejemplo, hubo frases como "la liebre se deja matar para salvar a otra" o "las semillas son increíbles... ¿puedes creer que adentro de ésta cosita hay un árbol de manzanas?", o incluso "lo importante no es lo que los huevitos tienen dentro, sino divertirnos encontrándolos y rompiéndolos para sacar el confeti".
Sólo con niños mayores de 7 años es que se puede comenzar con explicaciones breves sobre los símbolos, que no tendrán mayor profundidad hasta que lleguen a los 14, cuando el pensamiento lógico ya está desarrollado. Es entonces cuando podremos hablar sobre el profundo significado de la celebración, ya sin la necesidad del símbolo que auxilie a la comprensión.
Bienvenido el ecumenismo
A mis 38, aún no entiendo con claridad el significado profundo de la Pascua. Pero puedo entender, dado mi contexto de comunicóloga y maestra, que se puede acceder a esta comprensión de una mejor manera que la que a mí me tocó.
Hace unos días, explicando a mi papá los preparativos que hacíamos, él argumentó que la Pascua era una celebración más judía que católica. "Para nosotros, éste domingo es de Resurrección", dijo. Pero en el misal de este año aparece como Primer Domingo de Pascua. Me parece que la separación de cultos en éste caso degrada la experiencia pedagógica, pero sobre todo espiritual, de la celebración de Pascua.
En mi muy personal opinión, no es tan importante la forma de celebrar la Pascua, sino que quede en nuestros hijos esta impresión positiva. Así, año con año se familiarizarán con los símbolos e irán profundizando paulatinamente en su significado. En el caso de los católicos, este significado gira en torno a comprender el sacrificio de Jesucristo y sus implicaciones para los cristianos en general. Y si para ésto necesito esconder huevitos, sembrar semillas para que germinen, y contar historias de liebres heróicas a mis hijos de 3, 6 y 9 años... ¡pues adelante!
Y ustedes, ¿cómo celebraron la llegada de la Pascua?
Referencias
La pascua: Su Origen y Verdadero Significado
El origen de la Pascua cristiana
Pascua en la Wikipedia
Los símbolos
Para los que estudiamos comunicación no es extraño hablar de semiótica o de teoría narrativa. Si se me permite explicarme, los comunicólogos entendemos que dentro de una narración hay elementos simbólicos, normalmente intencionados por el autor. De este modo, al presentar en la historia un cierto personaje podemos estar simbolizando una emoción o una posición social, o una situación traumática, haciendo mucho más fácil hablar sobre ello.
Los símbolos del festejo más ancestral de Pascua son cuatro: la liebre, el huevo, el grano (semilla) y el cordero.
La liebre, según se dice en Europa, es capaz de atravesarse para recibir el ataque de un lebrel, protegiendo así a otro miembro de su comunidad. Así, es un excelente símbolo del sacrificio pascual, según la tradición cristiana. La cultura norteamericana se ha encargado de convertirlo en el personaje de la celebración, haciendo que se le convierta en objeto de consumo, más que en un símbolo para reflexionar.
El huevo es un símbolo pagano empleado en Europa y Asia para representar la fertilidad. Al convertir al catolicismo a éstas regiones los sacerdotes pensaron, como en América, que ayudaría a incorporar los elementos ya conocidos por los nativos. Así, el huevo se incorporó como símbolo ahora del renacimiento, del resurgir de la primavera (la vida) venciendo al invierno (la muerte). En muchos lugares se conservó la tradición pagana de decorarlos y obsequiarlos, de esconderlos y encontrarlos como modernos "talentos", o de hacerlos comestibles.
El grano es un símbolo ampliamente usado en la Biblia. Las semillas simbolizan el poder del Creador y la precisión de su Plan, al contener en un pequeño espacio una planta que sobrepasa por mucho su origen. También se usan para hablar de la dificultad para reconocer la buena semilla de la mala, hasta que germinan. En particular se emplea el trigo durante la Pascua, agregando así el simbolismo del pan de la última cena y, por ende, el cuerpo de Cristo.
Finalmente, el cordero es una traducción literal del sacrificio de Cristo en la cruz, pues se dejó capturar y matar sin ser él el responsable del pecado a expiar, como ocurría con un cordero para sacrificio. Éste símbolo es más común en las Primeras Comuniones
El análisis de los símbolos
Resulta inútil hablar con los niños menores de 7 años sobre los símbolos de la Pascua, pues lo más común como adultos es caer en explicaciones extensas y abstractas, incomprensibles para ellos. En cambio, la simple descripción de las características del símbolo da para reflexiones profundas. En nuestro festejo, por ejemplo, hubo frases como "la liebre se deja matar para salvar a otra" o "las semillas son increíbles... ¿puedes creer que adentro de ésta cosita hay un árbol de manzanas?", o incluso "lo importante no es lo que los huevitos tienen dentro, sino divertirnos encontrándolos y rompiéndolos para sacar el confeti".
Sólo con niños mayores de 7 años es que se puede comenzar con explicaciones breves sobre los símbolos, que no tendrán mayor profundidad hasta que lleguen a los 14, cuando el pensamiento lógico ya está desarrollado. Es entonces cuando podremos hablar sobre el profundo significado de la celebración, ya sin la necesidad del símbolo que auxilie a la comprensión.
Bienvenido el ecumenismo
A mis 38, aún no entiendo con claridad el significado profundo de la Pascua. Pero puedo entender, dado mi contexto de comunicóloga y maestra, que se puede acceder a esta comprensión de una mejor manera que la que a mí me tocó.
Hace unos días, explicando a mi papá los preparativos que hacíamos, él argumentó que la Pascua era una celebración más judía que católica. "Para nosotros, éste domingo es de Resurrección", dijo. Pero en el misal de este año aparece como Primer Domingo de Pascua. Me parece que la separación de cultos en éste caso degrada la experiencia pedagógica, pero sobre todo espiritual, de la celebración de Pascua.
En mi muy personal opinión, no es tan importante la forma de celebrar la Pascua, sino que quede en nuestros hijos esta impresión positiva. Así, año con año se familiarizarán con los símbolos e irán profundizando paulatinamente en su significado. En el caso de los católicos, este significado gira en torno a comprender el sacrificio de Jesucristo y sus implicaciones para los cristianos en general. Y si para ésto necesito esconder huevitos, sembrar semillas para que germinen, y contar historias de liebres heróicas a mis hijos de 3, 6 y 9 años... ¡pues adelante!
Y ustedes, ¿cómo celebraron la llegada de la Pascua?
Referencias
La pascua: Su Origen y Verdadero Significado
El origen de la Pascua cristiana
Pascua en la Wikipedia
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