...¡se abre el espacio para comentarios!
Nosotros contamos historias, merendamos galletas con leche y platicamos con nuestros 3 hijos y un amigo de la juventud que teníamos como 10 años de no ver. Fue una experiencia muy agradable, y una vez dormidos los niños, comentabamos que realmente se siente diferente la casa con menos zumbidos. Se nota cómo todos empezamos a bajar el volúmen de voz, a modular, a escuchar de otra forma la plática...
La verdad, nos divertimos mucho, y se nos fue volando el tiempo.
¿Y a ustedes cómo les fue? ¿Supieron del evento... lo hicieron.. qué hicieron?
Se vale de todo... ¡bienvenidos sus comentarios!
Conoce las opiniones de la Familia Natural en torno a la eco-actitud que el planeta necesita. Y no sólo éso: tras de nuestras palabras, ponemos nuestros productos.
martes, 31 de marzo de 2009
sábado, 28 de marzo de 2009
¿Y para qué sirve apagar las luces una hora?
Caray, es increíble como una convocatoria tan simple puede desatar tanta polémica y confusión. En los diferentes sitios virtuales y grupos presenciales de amigos que frecuento he escuchado de todo, empezando por lo inútil de convocar a los ciudadanos, hasta lo milagroso de un apagón mundial.
En mi humilde opinión, la mejor explicación que he escuchado sobre la utilidad de la invitación que hoy nos hace el fondo mundial para la vida silvestre (WWF por sus siglas en inglés) es ésta: el planeta estaba habituado a tener ciclos de frío y calor, que se han deslavado gracias al efecto del alumbrado nocturno. Es decir, la noche debería ser naturalmente más fresca y obscura, y ésto no ocurre porque iluminamos cada calle, plaza, establecimiento y jardín en aras de la estética y la seguridad.
La iluminación por seguridad no está sujeta a discusión, me parece. Pero pensar en apagar luces ornamentales y cortar el suministro eléctrico en casas y ciertos establecimientos comerciales no sólo es factible, sino deseable. ¿Los efectos? Además de una disminución en el gasto de energía eléctrica, con efecto directo en nuestro bolsillo, el que por una hora la noche vuelva a ser lo que antiguamente era, lo que debería influir en la temperatura global.
Sin embargo, no hay que dejar de lado el hecho de ue las condiciones climáticas de nuestro planeta son cíclicas, de modo que ha tenido glaciaciones y calores globales, y hoy en día lo vemos en fenómenos con ciclos menos largos, como los fenómenos del Niño y la Niña, por ejemplo. De modo que tiene lógica pensar en apagar las luces para no contribuir al calentamiento global, pero no el suponer que ésta acción hará una diametral diferencia por sí sola. Junto con los switches eléctricos, habrá que bajar también otros que conectan nuestros hábitos de consumo y nuestros supuestos sobre la salud, la nutrición y lo natural, para empezar.
Por lo pronto, aquí en casa tendremos una hora de historias y juegos de mesa, acompañados de cafecito, té y golosinas dulces (hechas en casa... ¡nada de colorante artificial en nuestra mesa!). Espero publicar fotos y comentarios más tarde.
Si aún no tienen idea de cómo aprovechar esa hora, aquí tienen una lista de sugerencias, publicadas hoy en care2.com. Nos encantaría que nos compartieran lo que hicieron, una vez que la Hora de la Tierra haya concluido, y se reconecten... ¡si es que no lo hacen hasta mañana!
P.D. A quienes leen ésta columna en Facebook, les pido que no solamente dejen sus comentarios ahí, sino en la fuente original: htp://lafamilianatural.blogspot.com/
En mi humilde opinión, la mejor explicación que he escuchado sobre la utilidad de la invitación que hoy nos hace el fondo mundial para la vida silvestre (WWF por sus siglas en inglés) es ésta: el planeta estaba habituado a tener ciclos de frío y calor, que se han deslavado gracias al efecto del alumbrado nocturno. Es decir, la noche debería ser naturalmente más fresca y obscura, y ésto no ocurre porque iluminamos cada calle, plaza, establecimiento y jardín en aras de la estética y la seguridad.
La iluminación por seguridad no está sujeta a discusión, me parece. Pero pensar en apagar luces ornamentales y cortar el suministro eléctrico en casas y ciertos establecimientos comerciales no sólo es factible, sino deseable. ¿Los efectos? Además de una disminución en el gasto de energía eléctrica, con efecto directo en nuestro bolsillo, el que por una hora la noche vuelva a ser lo que antiguamente era, lo que debería influir en la temperatura global.
Sin embargo, no hay que dejar de lado el hecho de ue las condiciones climáticas de nuestro planeta son cíclicas, de modo que ha tenido glaciaciones y calores globales, y hoy en día lo vemos en fenómenos con ciclos menos largos, como los fenómenos del Niño y la Niña, por ejemplo. De modo que tiene lógica pensar en apagar las luces para no contribuir al calentamiento global, pero no el suponer que ésta acción hará una diametral diferencia por sí sola. Junto con los switches eléctricos, habrá que bajar también otros que conectan nuestros hábitos de consumo y nuestros supuestos sobre la salud, la nutrición y lo natural, para empezar.
Por lo pronto, aquí en casa tendremos una hora de historias y juegos de mesa, acompañados de cafecito, té y golosinas dulces (hechas en casa... ¡nada de colorante artificial en nuestra mesa!). Espero publicar fotos y comentarios más tarde.
Si aún no tienen idea de cómo aprovechar esa hora, aquí tienen una lista de sugerencias, publicadas hoy en care2.com. Nos encantaría que nos compartieran lo que hicieron, una vez que la Hora de la Tierra haya concluido, y se reconecten... ¡si es que no lo hacen hasta mañana!
P.D. A quienes leen ésta columna en Facebook, les pido que no solamente dejen sus comentarios ahí, sino en la fuente original: htp://lafamilianatural.blogspot.com/
sábado, 7 de febrero de 2009
Se abren las preguntas y respuestas... revisando etiquetas.
Los monólogos no son lo mío. Mayté Thomé, querida (y no muy cercana) amiga y maestra, siempre me dijo que mis procesos cognitivos mejoran cuando hay un interlocutor. Así que aquí va el primer reto de búsqueda y validación de éste 2009.
La idea sería que :
¿La etiqueta de cuáles productos quieres que revisemos?
La idea sería que :
- Ustedes sugieran los productos.
- Le tomamos una foto a la etiqueta (me la pueden mandar por mail, o yo la tomo).
- Busco información sobre los ingredientes y las alternativas más sanas a ellos.
- Publico una entrada en el blog.
Obviamente ustedes pueden buscar por ustede mismos si gustan. Pero, como dije, los monólogos no son lo mío...
:D
jueves, 29 de enero de 2009
Envolturas respetuosas del medio ambiente
Ahora que se acerca otra temporada de regalos todos rumiamos en la mente los posibles obsequios para nuestros seres queridos. Si ustedes son como yo, seguro ya se habrán dado su vuelta por la Ecotienda, o Purorganiko, o ya de perdida la sección orgánica de Walmart. Ya sean los regalos típicos o los alternativos, todos dedicamos algún tiempo y energía de éstas semanas a preparar éstos detalles.
Pero... ¿y la envoltura?
De nada servirá regalar algo especialmente pensado para que no termine en la basura, si la envoltura sí lo hará. Vivir diariamente las tres erres (Reducir, Reusar y Reciclar) requiere de esfuerzo mental, y las envolturas son algo que damos por sentado.
El papel de envoltura es elaborado de celulosa nueva (a menos que lo indique el fabricante) tratada, blanqueada y teñida para tirarse a la basura apenas se abra el regalo que envuelvas. Los moños se elaboran de plásticos de los que normalmente desconocemos el origen y su biodegradabilidad.
Aquí te presentamos opciones para envolver tus regalos de una manera más verde.
Pero... ¿y la envoltura?
De nada servirá regalar algo especialmente pensado para que no termine en la basura, si la envoltura sí lo hará. Vivir diariamente las tres erres (Reducir, Reusar y Reciclar) requiere de esfuerzo mental, y las envolturas son algo que damos por sentado.
El papel de envoltura es elaborado de celulosa nueva (a menos que lo indique el fabricante) tratada, blanqueada y teñida para tirarse a la basura apenas se abra el regalo que envuelvas. Los moños se elaboran de plásticos de los que normalmente desconocemos el origen y su biodegradabilidad.
Aquí te presentamos opciones para envolver tus regalos de una manera más verde.
- Celofán. Sí, aunque no lo creas, el celofán es un polímero orgánico heredado de los tiempos en que la revolución industrial aún no se enamoraba de los materiales sintéticos. Es excelente para envolver alimentos por ser impermeable. De ser posible, verifica que realmente esté elaborado con celulosa, pues el nombre se ha generalizado para referirse a cualquier membrana transparente para envolver. Puedes aprender más sobre éste material aquí.
- Fundas de almohada. Un regalo grande puede envolverse perfectamente en una funda de color básico o neutro. La envoltura puede ser reutilizada por el destinatario (o regalada si no le gusta) así que puedes estar seguro de que no terminará en la basura. Mi mamá las cierra con un gran moño de listón de algodón y rafia natural.
- Servilletas bordadas y carpetas tejidas. Si no eres muy adepto a las manualidades, cómpralas localmente. Obviamente son más caras que el papel, pero se usarán muchas más veces que éste. Puedes envolver cosas pequeñas y cerrar el paquete con nudos o moños; también puedes usarlas para vestir un plato, una charola o una cesta sobre la que colocarás tu obsequio.
- Cestos y canastas. Evidentemente son lindos y reusables. Hay canastas de todos tamaños, con y sin asa. Por sí sola ya es linda, pero puedes hacerla más vistosa con listones y/o servilletas de tela. Y por favor... ¡no uses silicón! Aunque es ambientalmente seguro, como se menciona en éste artículo, se adhiere de tal forma a las fibras que impide su reuso. Mejor aprende una buena técnica de cabuyería con algún amigo scout.
- Platos y charolas. Si el regalo amerita ser exhibido, cambia las bases de regalo por una linda charola de madera o un plato de cerámica. Por sí mismos son lo suficientemente vistosos, o puedes avivarlos con algún trozo de género.
¡Listo! Están todos invitados a compartir aquí las envolturas que preparen, y sus pensamientos sobre éstas propuestas. ¡Disfruten los preparativos de San Valentín!
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