jueves, 16 de abril de 2009

La polémica de la Texican Whopper

En el transcurso de ésta semana hemos visto y escuchado diversas notas y comentarios en torno a la campaña que la empresa Burguer King lanzó para promocionar su nueva Texican Whooper. Ésta hamburguesa, según la misma campaña, es una mezcla exacta del sazón mexicano y texano.

El embajador de México en España, Jorge Zermeño, solicitó por medio de una carta el retiro de la campaña publicitaria, lo que ha desatado una oleada de comentarios y la consiguiente polémica en torno a las razones para apoyar a uno y otro actor.

En los diferentes sitios que he visitado para documentarme (YouTube, El Financiero y El Economista) he podido leer comentarios de otros mexicanos en torno al asunto, e incluso los de algunos extranjeros. Y ésto me lleva a reflexionar en torno a cómo entendemos hoy en día el sentimiento de pertenencia a la Nación.

¿Es el nacionalismo un concepto obsoleto?
La idea de nacionalismo es propia del llamado Siglo de las Luces, el siglo XIX. Fue el saberse pertenecientes a un grupo diferente a los Españoles lo que hizo a los nacientes Mexicanos alzarse en armas para recuperar el poder sobre su propio territorio. También el nacionalismo animó al pueblo francés a rebelarse de la realeza y tomar la Bastilla, o a Gandhi a reconocerse hindú antes que inglés. En tiempos de dominación, el nacionalismo ha probado ser una excelente tabla de salvamento, por así decirlo. Y los habitantes de aquellos tiempos miraron con orgullo los símbolos que los reunieron, los guiaron en batalla y los llevaron a la victoria.

Sin embargo, los alemanes tendrán, tal vez, una perspectiva diferente y dolorosa. Un siglo después, fue el nacionalismo el que llevó a Hitler a afirmar que la raza aria era superior a otras, y a postular que aquellas deberían ser exterminadas. No hay garantía de que una postura nacionalista tiene las mejores intenciones.

Aún recuerdo el viaje que mi hermana y yo hicimos a Alemania en los noventas. Nosotras no obtuvimos permiso de la SEDENA para coser a nuestras mochilas la bandera nacional que compramos en San Juan de Dios, pero sabíamos que sería un distintivo indiscutible para nuestro equipaje. Aún cuando obtuvimos los permisos necesarios de Guías de México A.C., el "kit de viaje" no incluyó banderas o pines con el escudo. Ya estando en el campamento, recuerdo diversos uniformes que incluían la bandera nacional en algún parche o distintivo... hastq que notamos que los alemanes no portaban mas que una cintilla con los colores de la bandera. Cuando preguntamos, los adultos hablaron del vergonzozo pasado heredado de la Segunda Guerra Mundial, y los jóvenes de la escasa vigencia del nacionalismo como forma de sentirse alemanes. Todo aquello me dejó pensando por meses.

Finalmente, nos sentimos parte de un grupo por las vivencias que tenemos dentro de él. Y el nacionalismo es, sin duda, un concepto caduco para una realidad como la mexicana. Porque si asumimos mi primer enunciado como cierto, la vivencia que cada mexicano tiene varía de una región a otra... no hay una sola forma de ser mexicano, sino tantas y tan diversas como grupos sociales hay. Querer establecer "por decreto" una sola identidad nacional es minimizar la riqueza de nuestra diversidad.

Ahora, también es cierto que la imagen del mexicano en el extranjero está mediada, puesto que hay películas del siglo pasado, nacionales y extranjeras, que nos muestran sombrerudos y en burro. ¿Cómo nos imaginamos lugares lejanos, como la India o Brasil? Como los vemos en los medios, como deciden recortarlo para nosotros en prensa, cine o televisión. Así que no creo que podamos pedir mucho a los publicistas que elaboraron la triste campaña de la Texican Whopper.

¿En qué consiste entonces la polémica ofensa a México?
El uso indebido de la bandera y el escudo mexicanos son regulados por la SEDENA y la Secretaría de Gobernación. Y ésta regulación es tan simple como sigue: no se puede portar la bandera nacional sin permiso, y no se puede deformar de ninguna forma. Así, jamás veremos unos calzones tricolores al puro estilo gringo... a menos que algún conacional migrante malinformado los fabrique y/o los compre, en cuyo caso sería sujeto a sanción administrativa aún estando fuera del territorio mexicano. Ésta sería la ofensa clara y directa que comete la campaña mencionada.

La "otra ofensa", la de la imagen del mexicano frente al texano, es tan subjetiva que no merece, me parece, ni la atención de dedicarle más espacio que éstas dos líneas.

Fuentes para consultar
Burger King revisará publicidad que causó molestia en México - El Financiero
Espera respuesta embajador de la empresa Burger King - El Financiero
Burger King cambiará publicidad ofensiva para México - El Economista
Siguen en España los carteles de la texican - El Universal
Anuncia Burger King en España el retiro de campaña publicitaria - La Jornada
Desaire de comensales golpea a Burger King - Excelsior
Piden diputados "castigo" para Burger King - El Semanario

2 comentarios:

  1. recuerdo cuando salió la publicidad del vodka que planteaba un México extendido, y recuerdo cómo los gringos pegaron el grito en el cielo y hasta amenazaron.

    recuerdo cuando un canal de tv australiano usó la bandera mexicana para un concurso.

    recuerdo el mito o el increible hecho verídico del borrachito que se orinó en un monumento y apagó la flama.

    recuerdo el borracho que se estrelló en las ruinas de Technotitlán.

    y así tantas veces donde los medios nos han dicho "indígnense majacanos!!! porque los acaban de insultar eh!? Eh!? EH!?".

    nacionalismo...
    ¿ nacionalismo ?
    o ¿ brabuconería ?

    a veces somos REbuenos para armar bronca sólo por una mirada "fea" en la calle, pero no somos buenos para impedir que realmente nos pisotéen, desde políticos, extranjeros con "espejitos" o hasta países con chafas productos baratitos (para no entrar en detalles).

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  2. Si, Bau... coincido contigo en que luego armamos un panchote por unas cosas, y pasamos por alto otras que, a la larga, tienen peor impacto, más graves consecuencias y son más difíciles de solucionar...
    Lo único que vale la pena de discutir sobre una campaña como ésta, es compartir información que nos ayude a todos a poner el hecho en su justa perspectiva, y a entender nociones tan abstractas como "orgullo nacional", que luego sirven más para causar problemas que para unir naciones.

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